A continuación se presenta el texto original de un testimonio
Nuestra historia comienza, seguramente, como la de la mayoría de ustedes. Después de cuatro años juntos sentimos que estábamos preparados para buscar a nuestro hijo/a, y a partir de ese momento emprendimos un largo camino inimaginable con una mezcla de sentimientos: ansiedad, angustia, esperanza, temores, bronca… pero nunca las ganas de abandonar!!
Iniciamos estudios, intervención quirúrgica y dos tratamientos de fertilización in vitro. Durante el segundo tratamiento veníamos conversando y madurando la posibilidad de ser padres a través de la adopción.
Empezamos otra etapa en el año 2004 inscribiéndonos en el Juzgado de Morón. Es increíble como a partir de entonces muchas personas comienzan a contarte historias de adopción y a pasarte datos para que la espera sea más corta. Pero teníamos bien claro, sin claudicar y a pesar de las “tentaciones”, que no íbamos a hacer nada que se apartara de nuestros principios y el de nuestro futuro hijo/a.
Sin juzgar a nadie, es la única manera que nosotros entendemos, como padres, mirar los ojos de nuestro hijo/a y comenzar nuestra familia, siempre con la verdad, sin secretos y con respeto por su historia que en algún momento el o la querrá saber.
Cuando llegamos a Anidar encontramos un espacio de acompañamiento y contención en la espera, hicimos talleres que nos fueron preparando para las diferentes situaciones que nos podían tocar vivir ya que, en particular, nosotros estábamos anotados para adoptar un niño/a hasta cuatro años.
Tras cinco años y medio de espera, llegó el llamado, tantas veces imaginado, del juzgado citándonos sin más aclaración.
El 7 de diciembre nos dieron la noticia más importante de nuestra vidas, “éramos papás de un bebé de cuatro meses y 20 días!!!!!!
Al día siguiente lo conocimos y al encontrarnos con su sonrisa sentimos que ya lo amábamos, y a partir de ahí Valentín completó nuestra familia y cambió nuestras vidas.
Hoy nuestra historia continúa como papás!!! y es verdad!! que desde el momento que se encuentren con sus hija/os, toda la angustia, ansiedad, temor, broncas, toda la espera que sufrieron, “se olvida” y les podemos asegurar que ese día llega.